domingo, 27 de noviembre de 2016

Pero...¿Las dunas se mueven?

Hace tiempo que cada vez que paso he pensado en escribir esto...y hoy por fin lo hago.


En mis paseos mañaneros, por las Dunas del Espartal, siempre me pregunto lo mismo. 
A ver: ¿Qué es una duna? Pues una acumulación de arena producida por el viento, y no solo en los desiertos, también en el litoral...consecuentemente...se mueve. ¿verdad?
Pues hace años decidieron hacer unas pasarelas de maderas estupendas por la zona de las dunas que tenemos aquí. Pero claro...¿pensaron que se quedarían bien quietas? Pues va a ser que no.








Y al otro lado, la playa...




De momento tenemos paseo. Lo que no sé es cuanto tiempo tardarán las dunas en dejarnos sin él. Espero que tarden mucho :)

Publicado por Alicia Hierro

domingo, 20 de noviembre de 2016

¡Momento pánico!

Hace unos días el cestillo vivió un momento "pánico". Y no es ni mucho menos habitual, os lo puedo asegurar. Pero comienzo por el principio...


La semana pasada viajé a Madrid por motivos de trabajo, en avión, ya que milagrosamente conseguí unos billetes a un precio fenomenal y eso que  los precios Asturias-Madrid suelen ser prohibitivos al no tener Iberia competencia. Total, que para allá me fuí. Pero la vuelta...¡ay, la vuelta!
El día de regreso, por la mañana, soy de las que voy con tiempo. Prefiero tener que esperar un poco, que no ir mirando el reloj por si no llego. Pues con tiempo de sobra salí de casa, con mi equipaje de mano, mi bolso y yo misma y me dirigí al metro hacia el aeropuerto. Tengo varias opciones para llegar y ese día pensé en probar otra distinta que sobre plano me pareció, si no más rápida, sí con menos paradas. Total, tenía que hacer dos tansbordos igual. Pues después de hacer el primero,  en la siguiente parada, va mi mano al bolsillo donde siempre llevo mi móvil para mirar que tal iba de hora. Y entonces fue cuando ¡allí no estaba! ¿no estaba? ¿pero si siempre soy muy cuidadosa con ello? Además, ¡¡en él llevaba el código QR del billete!!! 


Y entonces ocurrió: salté del vagón justo antes de cerrar las puertas, porque mi primer impulso fue salir corriendo y dar la vuelta a por él. De hecho subí el primer tramo de escaleras, miré cartelillo para desandar el camino, pero entonces la cabeza pudo más que el corazon. Paré en seco, y me dije: "Alicia, piensa". Y eso fué lo que hice. No me daba tiempo a regresar ni aunque cogiera luego otro transporte para llegar a la terminal, y con el DNI podía solicitar la tarjeta de embarque, ¿no?. Pues media vuelta, y de nuevo dirección aeropuerto.
Pero la aventura no acabó aquí. 
No hubo problema para conseguir la tarjeta de embarque, por supuesto, y una vez ya pasado el control de seguridad, mi intención fue llamar para avisar lo que me había pasado y sobre todo, que enviaran mi teléfono lo antes posible, ya que es una herramienta de trabajo. Pero, claro, yo no tenía teléfono... ¿Habría alguna cabina? 


Me dirijo a información y pregunto, y el chico, pone cara de pensar y me dice:" Me suena que hay al lado de la farmacia...". Con estas palabras. Me dirijo hacia allí, pero no hay ninguna cabina. Me acerco a otro mostrador de información con la misma pregunta y:" Creo que en el pasillo donde los baños". Sí , ahí, acertó. La que no acerté fuí yo para conseguir llamar. Basicamente era una cabina como las de toda la vida...pero, mis monedas no eran bienvenidas, y encima se quedó con alguna sin haber podido realizar la llamada.
Total: un matrimonio muy amable me dejó llamar por su móvil para avisar, y viví 24 horas sin teléfono. Las 24 horas que más sonó el fijo de casa desde hace muchos años... 





Publicado por Alicia Hierro